Las leonas no se peinan.

Las
VI.

16 de noviembre de 2015

Por el mar corrían las liebres.

Éramos dos líneas paralelas que siempre se tocan, como fumarse un cigarrillo debajo del mar. Cuando te quería conmigo nunca estabas, pero cuando te necesitaba nunca te fuiste.
Un día de playa nevando, una navidad en el desierto, una paloma blanca muerta de un balazo.
La frase que salvaría al mundo y murió bajo el aliento, los mudos que no paran de gritar, el silencio de quienes saben lo que escuchan.
Pero nos daba igual, siempre nos ha dado igual y bailábamos del revés con la cabeza en el suelo. Esperábamos el ayer y olvidábamos el mañana. Cumplíamos un año menos, pintábamos de colores las manecillas del reloj.
Tenía frío y le ponías mas hielo al corazón, tenías calor y yo encendía otra cerilla.
En todos nuestros incendios, ¿recuerdas?

Siempre llovía.