Las leonas no se peinan.

Las
VI.

16 de diciembre de 2015

Si nunca te fueras.

Cada vez que abres la boca yo entiendo adiós, aunque estés sonriendo.
Cada vez que te miro estas de espaldas, aunque me estés besando.
Cada vez que te vas, nunca se que mañana me traerás más flores de las que compras a los indios por las calles de donde no quieres estar, pero estás.
Cada vez que te veo desvertirte, creo que es la última vez.
Cada vez que me desvistes, me siento desnuda.

No entiendas que esto es una despedida, esto es un si te vas solo me quedo yo, y siempre vas a faltar.
Cada vez que te ruedas a la cama de al lado, abro mucho los ojos.
Cada vez que no estás, no se como callar a los mounstruos que me gritan cuando estás y no se que estás hasta que gritas mucho y se callan y entonces te veo.
Pero te veo de verdad.


29 de noviembre de 2015

Doce menos cuarto.

Me siento atada de pies y manos.
Congelada en la hora que mi reloj de muñeca marca justo en este momento.
Sedienta de tus palabras, esas que odio incluso antes de que las digas.
Pensando en el después, cuando aún no ha llegado el ahora.

Un quédate aguardando su momento de esplendor entre mi lengua y mi garganta.
Una cascada salada apunto de estallarme la mirada.
Tus manos lejos de mi piel, mucho mas adentro, apretándome la razón.

Dolor, nadando por mis venas, acabando con los restos que me quedaban de ti.

Y tu me miras como si nunca me hubieras visto,
apunto de disparar un "lo siento" a una completa desconocida.
Tengo las manos frías y el pecho ardiendo.

Es como estar en medio de un descampado,
oliendo una lluvia que se avecina,
sabiéndote ya empapada cuando aún no ha caído la primera gota.
Esa siempre es la que mas moja de todas.

Esto es tan aterrados como inevitable,
tan cierto como inimaginable.
Tan real como un corazón partido en dos.
Tan evidente como un final sin segunda parte.


16 de noviembre de 2015

Es la hora

Tu, que no sabes dibujar mi cuerpo y me lo empapas de saliva.
Tu, que me andas siguiendo desde que me escondí  en todas tus huaridas, ¿a donde crees que no vas?

Escuchame o mirame: no.
Vas a dormir desde donde se escuchen mis gritos, cuando tengo frío y se que quieres derretirme. Cuando vengo a cobrarme abrazos hablando de arte y tu te ríes.

Cuando me miras, y no se que decir, y junto palabras que huelen a tu ropa, como ahora.
Me sangra una uña, y no voy a enfadarme.
Llegas tarde por que he robado todos los relojes de tu calle.
 Para que siempre tengas prisa por venir.